One and only.

Mi vida últimamente parece una montaña rusa: Puedo estar en lo más alto que al momento siguiente bajo hasta derrumbarme contra el subsuelo. Lo mismo no escribo en semanas que escribo dos veces en un día. Ya no se que sentir ni que pensar.

Ya no se si vivo o tan sólo sueño

Me he dado cuenta de que hay personas en mi vida que tienen la capacidad de hacerme sentir como si no existiera nada más cuando estoy junto a ellos o simplemente manteniendo una conversación.

Porque nadie sabe lo que sientes o lo que piensas más que aquellos que lo sienten contigo

He de confesar que me están mal acostumbrando. He pasado de sentirme tan sola que hubiera preferido no existir, a estar acompañada siempre aun no estando esas personas a mi lado.
Creo que estoy comenzando a drogarme, drogarme de personas que han llegado hace apenas unos meses a mi vida y de las que no puedo separarme.
He podido darme cuenta de que la verdadera amistad no se consigue con los años, sino con las experiencias.
Personas que sin conocerme han sabido sacarme de la oscuridad en la que me habia sumido sin remedio, cuando ni siquiera mi familia podía sacarme.
Y ahora que no estoy con ellos es como si algo me faltase. Que sí, que las nuevas tecnologías hacen milagros y todo lo que queráis, pero es como una droga de la que no puedes desintorxicarte con un señuelo.

Les necesito a mi lado, necesito sus risas, sus tonterías y el sentir que encajo en algún lugar.
Somos todos muy diferentes, pero es como si fuésemos piezas de un puzzle abstracto y sin sentido, y es lo que nos hace especiales.
No he conocido nada como esto, por fin puedo decir que soy yo misma, y que quiero a todos y cada uno de ellos como si fuesen realmente mi familia.
No tengo palabras para describirlo... tan solo puedo decir: GRACIAS.
Gracias por sacar lo mejor de mi misma, por hacer que me sienta cómoda con vosotros y conmigo misma. Gracias por sacarme una sonrisa cuando más lo necesito.

Gracias por ser como sois, y por dejarme ser yo misma

Y a esa persona que sé que me lee... Gracias por estar ahí, por escucharme, por hacerme reir, por picarme, por hacerme ver lo que soy y lo que valgo aunque yo me encabezone en que no. Gracias por darme esos mimos que tanto necesito y por mal acostumbrarme. Porque se ha convertido en costumbre... ¿recuerdas? pues es la costumbre más bonita que he tenido nunca, y espero que no desaparezca. 
Porque poco a poco a poco te estás haciendo imprescindible en mi vida y la amistad si la cuidas es eterna...

Hagamos de la nuestra una planta que nunca marchite